Aniversario
En Ibatín, Jaldo destacó el valor histórico y turístico de Tucumán
El gobernador visitó junto a las principales autoridades de la Provincia el sitio en donde se fundó San Miguel de Tucumán, al cumplirse su 459° aniversario. Allí funciona un Museo Arqueológico a Cielo Abierto, que constituye una visita imperdible.
31/05/2024

El 31 de mayo no es una fecha más en el calendario para los tucumanos. Es que en este día se conmemora un nuevo aniversario de la fundación de San Miguel de Tucumán, que ocurrió en 1565 con la intervención de Diego de Villarroel. Este acontecimiento de gran trascendencia tuvo lugar a orillas del río Pueblo Viejo, en un paraje denominado Ibatín, ubicado en el sur de la provincia, a pocos kilómetros de la actual ciudad de Monteros. Hoy en día resguarda uno de los sitios arqueológicos más importantes del continente alusivo al Período Colonial Temprano.
Como sucede cada año, Ibatín, que por ley se convierte durante este día en Capital Simbólica de la Provincia, recibió a las autoridades del Gobierno para recordar esta fecha con un acto que estuvo encabezado por el gobernador Osvaldo Jaldo; el vicegobernador Miguel Acevedo; el presidente subrogante de la Legislatura de Tucumán, Sergio Mansilla; los ministros Darío Monteros, Regino Amado y Susana Montaldo; el titular del Ente Tucumán Turismo (ETT), Domingo Amaya; su par del Ente Cultural, Humberto Salazar; el comisionado comunal de León Rougés y Santa Rosa, Oscar Vega; y legisladores, intendentes y delegados.
“Tucumán es rico en historia, fue una provincia decisiva para el país”, expresó el primer mandatario, quien enfatizó que es sumamente necesario “inculcar a todos los tucumanos, a los niños y las nuevas generaciones cómo nació nuestra provincia, recordando cada año este aniversario”. “Este sitio tiene un inmenso valor histórico y también turístico porque tanto tucumanos como turistas de todo el país vienen a visitar este museo, este lugar donde se fundó San Miguel de Tucumán”, manifestó Jaldo.
Por su parte, el comisionado comunal adelantó que desde el gobierno local se trabaja “para mejorar de a poco este sitio tan importante para los tucumanos y argentinos”. “Queremos que esté en condiciones para abrir sus puertas a toda la comunidad y que los niños sepan que aquí pueden venir a aprender sobre el pasado de nuestra provincia”, agregó el delegado Vega.
Desde el sector turístico, Amaya manifestó que hay proyectos para revalorizar y potenciar este sitio en conjunto con otros organismos del Estado. “Es un lugar con una enorme belleza y estamos buscando organizar nuevos senderos para recorrer a pie o en bici que se unirían con la Reserva La Florida, generando un abanico de oferta histórica, cultural y natural. Tenemos que mostrar todo esto con orgullo para que las generaciones venideras lo valoren”, sostuvo.
Sobre el proceso histórico de la fundación, el arqueólogo Osvaldo Díaz señaló que hubo cuatro intentos previos, lo que le brinda un valor mucho mayor a este acontecimiento. “Esto costó muchísimo, muertes, pérdidas económicas y tiempo. Luego, a lo largo de sus 120 años esta ciudad floreció por épocas y fue una parte central del circuito comercial del reinado”, agregó el especialista. Por último, remarcó la necesidad de recordar no solo a los padres de la capital sino también a los pueblos originarios que fueron la mano de obra que generó el valor de San Miguel de Tucumán”.
La historia de la fundación
El largo proceso de la fundación inició el 29 de agosto de 1563, con la creación de la Gobernación de Tucumán, Juríes y Diaguitas, que estaría bajo el mando de Francisco de Aguirre. Fue este último quien le encomendó a Diego de Villarroel la instalación de un pueblo “en el campo que llama en lengua de los naturales Ibatín, ribera del río que sale de la quebrada”.
El 31 de mayo de 1565 Villarroel le tomó juramento a quienes serían alcaldes y regidores. No obstante, este gobierno no fue ajeno a constantes ataques por parte de las poblaciones originarias. El 28 de octubre de 1578, aprovechando que el gobernador Abreu había reclutado a los vecinos en lo que se llamó la “Jornada de los Césares”, los yanaconas incendiaron la ciudad en la que solo habían quedado 18 hombres con sus mujeres y niños.
La antigua San Miguel de Tucumán resistió allí durante 120 años y se convirtió en una ciudad pujante por la fertilidad de su suelo y su ubicación a la vera del camino de la Quebrada del Portugués que unía a Perú con el Río de la Plata. Su vida comercial era activa, basada en la producción agropecuaria y la industria, principalmente la maderera. Esta época próspera se extendió hasta la tercera década del siglo XVII.
Con el paso del tiempo, el curso del río a cuyas proximidades se había fundado la ciudad y que la proveía de agua se fue obstruyendo debido a las constantes crecidas y se tornó muy peligroso. Su curso continuó cambiando en los años posteriores, lo que provocó el anegamiento de los alrededores de la ciudad y, por ende, la aparición de enfermedades como el paludismo. Sin embargo, en 1678 tuvo lugar una inundación sin precedentes en la ciudad que arrasó con algunas viviendas. La situación empeoró con los años y desembocó en la toma de una radical decisión: abandonar este sitio y trasladarse a un lugar conocido como La Toma, ubicado a 64 kilómetros de distancia de Ibatín. Allí se había formado un asentamiento de mercaderes que se dirigían al Perú ya que por ahí pasaba el Camino Real.
El traslado tuvo lugar en 1685 durante el gobierno de Fernando Mate de Luna. Sin embargo, las ruinas de Ibatín, con su particular trazado damero y que se encontraban bajo tierra, salieron a la luz con las primeras excavaciones que se realizaron en 1965. Se descubrieron los cimientos de edificaciones de la ciudad como el Cabildo y las iglesias Matriz, mercedaria y franciscana, que se hallaban en torno a la antigua Plaza Mayor, hallazgos que permitieron dar cuenta de la temprana presencia de los jesuitas en la provincia. Además, se encontró una pequeña jarra de plata labrada de origen español que fue robada y descubierta por una historiadora tucumana y que hoy en día se puede apreciar en el Museo Histórico Provincial Presidente Nicolás Avellaneda.
Un sitio de visitación obligada
En la actualidad, Ibatín puede ser visitado por turistas que deseen profundizar en el proceso histórico de la Ciudad Fundacional. En el Museo Arqueológico a Cielo Abierto Ibatín, administrado por el Ente Cultural de Tucumán, se exhibe patrimonio arqueológico recuperado del terreno. En el centro de interpretación también se expone bibliografía específica del tema que puede ser consultada y se proyecta un video que repasa los momentos previos a la fundación, su posterior desarrollo, el auge de la ciudad, su decadencia y el traslado a la ubicación actual. La propuesta también incluye la visita al predio acompañados por guías especializados para recorrer este sitio histórico cuya importancia fue crucial para nuestro Tucumán.
El sitio arqueológico y el museo se pueden visitar de martes a sábado de 9 a 18 horas, con entrada libre y gratuita. Para arribar al lugar se debe tomar la ruta nacional 38 hacia el sur de la provincia hasta llegar a León Rougés, 5 kilómetros después de Monteros. Se debe ingresar a la comuna por la calle principal hasta el final, doblar a la izquierda y continuar hasta encontrar un camino de tierra que conduce hasta Ibatín. Se puede consultar más información del sitio en sus redes sociales: @museo_ibatin.